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Roble macizo barnizado 120
Roble macizo barnizado 120
Jatoba maciza barnizada 90
Jatoba maciza barnizada 90
Roble macizo 120
Jatoba maciza barnizada 140 mm
Tarima maciza Bambú Density
Jatoba maciza barnizada 140 mm
Tarima maciza Bambú Natural
Roble macizo Rústico 120
Roble macizo Rústico 140 mm
Roble Macizo Rústico 180 mm
Marcas y fabricantes de tarimas macizas
Principales características
Las tarimas de madera maciza son un tipo de suelos hechos completamente de madera 100% natural sólida única e irrepetible, que la convierte en el suelo de mayor calidad y que a diferencia de otro tipo de tarima que puede estar compuesto por diferentes capas de madera o materiales prensados sintéticos, consiste en tablones individuales sólidos y consistentes en su totalidad. Cada tablón está mecanizado en todo su perímetro mediante machihembrados, que hacen en la instalación que las tablas se ensamblen entre sí, quedando perfectamente herméticas y creando una unión perfecta.
Las dimensiones de la tarima de madera natural maciza son variables, ya que existen largos que van desde 0,5 m a 3 m y los anchos varían desde 70 mm hasta 140 mm, que son los más comunes, aunque se pueden encontrar anchos incluso hasta 180-200 mm, siendo estos menos comunes. El espesor de la tarima de madera natural maciza oscila entre 18 y 22 mm, siendo 18 mm la tarima que ya viene barnizada de fábrica y 22 mm la tarima de madera maciza tradicional para terminarla en obra con barniz, aceite, ceras o tintes.
Hay diferentes formatos de tarima maciza, pudiendo ser al hilo (donde las tablas se colocan en paralelo), en espiga, en cuadro de dama, en punta hungría, etc.
Existen muchas especies de madera que se utilizan para preparar la tarima natural maciza, pudiendo elegir entre diferentes grados de dureza y resistencia, pero las más comunes son roble, castaño, haya, pino, jatoba, elondo, iroko, nogal, teka, merbau, sucupira, doussie, eucalipto y arce.
Hay diferencias notables de la tarima natural maciza con otros tipos de suelos o tarimas de madera, como pueden ser las tarimas flotantes de madera o parquet de tablilla y las más importantes son:
Construcción sólida: La tarima maciza está hecha completamente de madera sólida de un espesor de 18 a 22 mm, mientras que otros tipos de suelos de madera, como las tarimas flotantes de madera o multicapa, pueden tener capas de materiales compuestos o sintéticos o en el caso del parquet de tablilla (que también es macizo) el espesor es menor, siendo desde 8 mm hasta 14 mm.
Capacidad de restauración, lijado y barnizado: La tarima maciza puede ser lijada y restaurada repetidamente a lo largo del tiempo para eliminar marcas del desgaste, arañazos o manchas superficiales haciendo su vida útil mayor, mientras que otro tipo de suelos de madera que tienen capas superficiales o espesor menores, limitan la capacidad de restauración.
Estabilidad: Debido a su construcción, la tarima maciza tiende a ser más estable y resistente a la deformación, que otros tipos de suelos de madera como las tarimas flotantes de madera o multicapa.
Aspecto natural: La madera maciza proporciona un aspecto natural y cálido con una belleza única con sus variaciones de color, que le dan carácter y estilo a cualquier espacio.
Variedad de especies y acabados: La tarima maciza está disponible en una amplia variedad de especies de madera, cada una con características únicas de color y veta y además se pueden terminar con diferentes tipos de barnices, tintes, aceites y ceras, a gusto del consumidor.
Aislamiento acústico y térmico: Los suelos madera maciza proporcionan un buen aislamiento acústico y térmico, lo que ayuda a mantener una temperatura ambiente más cómoda y reduce el ruido transmitido.
producto natural y variedad
Las tarimas de madera maciza o suelos macizos ofrecen una serie de ventajas que las hacen altamente deseables para diversos proyectos de suelo. Algunas de las principales ventajas son:
Exclusividad: Cada tabla de tarima maciza es única e irrepetible debido a las variaciones naturales de color y veta y las características de la madera, lo que le da un aspecto exclusivo y personalizado a cada espacio.
Calidez: Los suelos de madera maciza proporcionan una sensación cálida y acogedora que es incomparable con otros materiales de suelo. Su aspecto natural y su tacto son inigualables y crean espacios confortables y acogedores.
Producto natural: La tarima de madera maciza es un material 100 % natural, ecológico y renovable, lo que la hace más respetuosa con el medio ambiente en comparación con otros suelos sintéticos, además su proceso de fabricación requiere menos energía y produce menos residuos.
Calidad y resistencia: La tarima de madera maciza es conocida por su calidad y resistencia, capaz de soportar el desgaste diario y mantener su apariencia y funcionalidad a lo largo del tiempo. Esto hace que sea el suelo de mayor calidad.
Durabilidad: Los suelos de tarima de madera maciza son extremadamente duraderos y pueden durar décadas con el cuidado adecuado. Su capacidad para ser restaurada repetidamente permite mantener su aspecto original durante muchos años.
Variedad de especies y acabados: Estos suelos están disponibles en muchas especies de madera, cada una con sus propias características de color, veta y dureza. Además, se pueden elegir diferentes acabados como barnices, aceites, ceras o tintes.
Valor estético: Estos suelos agregan valor estético a cualquier espacio, ya sea en interiores o exteriores. Su belleza natural y atemporal mejora la apariencia de cualquier ambiente, aumentando el atractivo visual de un hogar.
Años de experiencia
+30 años de experiencia
Stock disponible
+250 referencias y 50.000 m² en stock
Calidad garantizada
Hasta 3 meses en cualquier compra que realices
calidad, acabado o tratamiento
Hay varios factores que pueden influir en el precio de las tarimas de madera maciza. Vamos a numerar alguno de los más importantes:
Especie de madera: Las diferentes especies de madera tienen precios variables debido a su disponibilidad, características de durabilidad y demanda en el mercado. Las especies de madera exóticas y con más exclusividad suelen ser más caras que las maderas más comunes.
Calidad de la madera: La calidad de la madera, que incluye factores como la uniformidad de la veta, la ausencia de nudos, espejuelo, albura, grietas o fendas y defectos, y la densidad de la madera, puede afectar al precio. Las tablas de mayor calidad generalmente tienen un precio más alto.
Dimensiones y grosor: El tamaño y el grosor de las tablas pueden influir en el precio. Tablas más anchas y gruesas tienden a ser más caras debido al mayor uso de material y a la mayor dificultad en el proceso de fabricación.
Acabado y tratamiento: Algunas tarimas de madera maciza vienen preacabadas o acabadas con tratamientos protectores que aumentan su durabilidad y resistencia a los elementos externos. Los acabados especiales y los tratamientos adicionales pueden aumentar el precio de las tarimas.
Formato: Algunos fabricantes fabrican tarimas con un formato más exclusivo a un mayor precio.
Fabricante y marca: La reputación y la calidad del fabricante pueden tener un impacto en el precio. Las marcas reconocidas y los fabricantes con una reputación de calidad suelen tener precios más altos debido a la confianza del consumidor en la durabilidad y el rendimiento de sus productos.
Disponibilidad y demanda: La oferta y la demanda siempre influyen en el precio, ya que si una tarima de una especie determinada está en alta demanda, pero baja disponibilidad, el precio será más alto.
Proceso de producción y certificaciones: El proceso de producción, incluyendo la sostenibilidad de la madera, los estándares de producción y las certificaciones ecológicas, puede afectar al precio. La madera certificada y producida de manera sostenible tiene un precio más alto debido a los costos adicionales asociados con su producción
nuestro proceso de instalación
Hay tres tipos de instalación de tarima maciza: Clavada sobre rastreles, pegada a la solera y flotante.
Antes de empezar la instalación, hay que preparar el suelo, asegurándose de que esté limpio, nivelado y seco (inferior al 2,5%). Se recomienda dejar la tarima en la vivienda o local donde se va a instalar durante unos días para que se aclimate.
Pegada a la solera: Antes de aplicar el adhesivo, se recomienda aplicar una imprimación para consolidar la solera, regule la humedad y asegurar la adherencia de la madera al solado. Una vez que ha secado la imprimación, se hace el replanteo y se saca la línea de la tarima a instalar, y a continuación se aplica el adhesivo mediante una espátula dentada y se comienza la instalación de la tarima sobre el adhesivo. Es necesario dejar una junta perimetral de 10 mm con todos los paramentos verticales, para permitir las contracciones y dilataciones de la madera, que luego se tapará con el rodapié. Si la tarima está en bruto, una vez instalada hay que realizar el proceso de lijado y barnizado o aceitado, para protegerla.
Clavada sobre rastreles: En este tipo de instalación la tarima va clavada sobre rastreles, que van previamente fijados a la solera con tacos de impacto y espuma de poliuretano. Si no hay planimetría, hay que nivelar los rastreles con cuñas enfrentadas y rellenar los huecos que quedan entre las cuñas con espuma de poliuretano para dar más fijación. Los rastreles de 5 cm de ancho mínimo se colocan de forma paralela, dejando una separación entre ellos de 35-50 cm de eje a eje, dependiendo del espesor de la tarima y del ancho de tabla. A continuación, se comienza la instalación de la tarima perpendicularmente sobre los rastreles. La tarima se clava al rastrel con clavos de hierro sobre el macho, con un ángulo de 45º. Tras ello, se ensambla la tabla siguiente y se vuelve a clavar sobre el macho y así sucesivamente. En este caso también hay que dejar una junta de dilatación perimetral de 10 mm. Si la tarima está en bruto, hay que darle la protección lijándola y barnizándola o aceitándola.
Flotante: En este tipo de instalación, se coloca sobre el solado una manta aislante elástica y adhesiva y se coloca la tarima encima de la parte adhesiva de la manta. También se deja la dilatación perimetral de 10 mm. Si la tarima viene sin barnizar, hay que aplicarle la protección lijando y barnizando, o aceitando. Hay una tarima maciza específica que tiene un sistema de instalación flotante que no utiliza manta aislante adhesiva, sino que se instala colocando un plástico sobre el solado y encima la tarima. Aquí las tablas van sujetas unas a otras mediante clips metálicos que se instalan por debajo de la tarima. En este caso la tarima viene barnizada de fábrica.
cuida tu tarima
La limpieza y el mantenimiento regular, son esenciales para mantener la belleza y la durabilidad de una tarima de madera o parquet. Para limpiarla, se recomienda barrer o aspirar muy bien para eliminar el polvo y la suciedad. A continuación, se puede fregar con la fregona muy escurrida, utilizando agua templada y un limpiador neutro para suelos de madera o parquet.
Hay que evitar el exceso de agua y los limpiadores abrasivos que puedan dañar la madera. Los derrames de líquidos deben limpiarse de inmediato, para evitar que la madera lo absorba y salgan manchas que no se puedan quitar por estar incrustadas en el parquet o tarima de madera maciza.
Existen diferentes productos de limpieza para madera y va a depender de si es una madera con acabados en aceites o barnices, ya que hay un limpiador para los diferentes acabados. Aconsejamos que se usen productos de limpieza especializados para suelos de madera como son los de la marca Bona o Lyssolen.
Para el mantenimiento, se recomienda poner fieltros en las patas de los muebles para evitar arañazos en la superficie y fregar la tarima de madera maciza o parquet una vez a la semana en verano y una vez cada quince días en invierno. Si hay calefacción central, se recomienda fregarla una vez a la semana y poner un felpudo en la puerta de entrada a la vivienda para evitar la entrada de partículas o arena que se incrusten en el calzado.
Si encontramos con el paso de los años que el barniz está muy desgastado, blanquecino o velado, que la tarima de madera está muy arañada, con golpes, incluso que las tablas estén atejadas o abombadas por algún problema de humedad que haya sufrido, entonces hay que lijar y barnizar o lijar y aceitar para poder restaurarla.
Se recomienda también para el mantenimiento de la tarima de madera, mantener la humedad relativa del ambiente entre el 45-65 % y la temperatura entre 18-25 °C. Para conseguir la humedad correcta en zonas donde hay poca humedad, es necesario utilizar humidificadores.
Para el mantenimiento de la tarima de madera, también se aconseja no exponerla directamente a la luz del sol, para evitar oxidaciones bruscas.
Siguiendo estos pasos para la limpieza y el mantenimiento de la tarima de madera de forma regular, conservará la belleza natural y la durabilidad durante muchos años.
