En la actualidad se llama comúnmente parquet a todo tipo de suelo de madera, ya sea tarima flotante de madera, tarima de madera maciza o suelo sintético como la tarima laminada o la tarima vinílica. Pero realmente se denomina parquet o lamparquet a las tablillas 100% de madera maciza que son de forma rectangular y llevan sus cantos lisos, sin mecanizar, sin machihembrados y que tienen unas dimensiones mucho más pequeñas que la tarima maciza.
Existen distintos tipos de longitudes de tablillas, de formatos y de patrones geométricos. Además, hay un tipo de parquet o lamparquet que se llama parquet industrial, donde las tablillas se colocan en vertical y el grosor oscila entre 18-22 mm, por lo que su vida útil es superior a cualquier otro formato de parquet.
Todo el parquet o lamparquet se instala pegándolo al suelo en bruto, haciendo formas geométricas como espiga, doble espiga, cuadros de dama, en paralelo o al hilo, con junquillos y con fajeado perimetral, para una vez hecha la instalación, proceder al lijado y barnizado o aceitado del mismo.
Las especies de madera más utilizadas para el parquet son en maderas claras, el roble, el castaño, el haya y el pino y en maderas oscuras o más rojizas, la jatoba, el elondo, el eucalipto rojo, el doussie.
El parquet o lamparquet tiene unas características muy similares a las de la tarima de madera maciza, ya que también es un suelo macizo, pero se diferencia de esta última en que es de un tamaño y grosor mucho menor, no lleva machihembrados en sus lados y la vida útil es menor que la de la tarima maciza que tiene un grosor hasta 22 mm.
Pero a su vez, este tipo de suelo se diferencia de otros, como los suelos laminados que son sintéticos y no se pueden restaurar o lijar, o la tarima flotante de madera (que tiene una capa noble de madera entre 2,5 y 4 mm), en que el parquet se puede restaurar y lijar más veces al tener más grosor, por lo tanto, una vida útil mayor.
El precio del parquet también es más caro que el de los suelos laminados y de algunas tarimas flotantes de madera, ya que la instalación lo encarece mucho al ser más compleja, y se tarda mucho más tiempo que en instalar una tarima, puesto que hay que pegar tablilla a tablilla al suelo haciendo el dibujo y hacer muchos remates al llegar a las paredes, para una vez terminado, lijar y barnizar.